Pensando estos días atrás sobre como iba a enfocar el dibujo, recordé el fragmento de una película-documental que vi hace años: What the bleep do we know?, en ella se insinúa que la conciencia puede modificar la realidad material. En este fragmento en concreto se hace mención al experimento del japonés Masaru Emoto, en el cual se exponía agua destilada a diferentes tipos de música y diferentes estados de ánimo, tras lo cual se fotografiaba como cada agua había cristalizado de diferente forma.
A partir de esto aparecieron conexiones con mis trabajos anteriores, por ejemplo me di cuenta que mi maqueta anterior podía responder al programa de una terma romana: un espacio social divido en tres subespacios en los que variando la temperatura y la profundidad del agua se le planteaba a los usuarios un recorrido de relajación. Esta subdivisión de tres estados emocionales (exaltación, dispersión y relajación) la he relacionado con los diferentes usos que hacemos del agua (deportes, vida social e interiorización personal) y también con los diferentes estados del agua, ya que si analizamos su movimiento, el hielo está lleno de tensiones, el agua líquida fluye manteniendo juntas sus moléculas y el vapor se dispersa libremente.
Por último he dispuesto diferentes estructuras que podemos encontrar en nuestro entorno a partir del agua, las naturales a ella (agua helada con simetría hexagonal, gota esférica,formación de olas...) y otras creadas por el agua, ya sea por erosión o por depositación de minerales.
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